Nues(tras) criaturas
3ra edición
Narrativa
45 min
Muchas mujeres se protegieron de los prejuicios sociales al publicar con seudónimos; entre ellas se encuentra Mary Shelley, a quien dedicamos esta edición.
Su obra se ve atravesada por las características del movimiento romántico, pero se distingue de sus contemporáneos por una prosa lóbrega y de gran peso filosófico. Con esta tercera edición dedicada a su trayectoria, buscamos recordar la importancia del trabajo literario de las autoras, pero también invitarlas a explorar los espacios más recónditos y oscuros de sus letras.
Esta primera edición de narrativa nos lleva a tierras extrañas, nos exige explorar nuestros deseos más ignominiosos y, finalmente, nos invita a enfrentar nuestras pesadillas y miedos más primitivos. El texto de nuestra autora ganadora, Maternidades, de Marilinda Guerrero, va acompañado de una reseña de la estupenda Dra. Alexandra Ortíz Wallner. Las editoras hemos comentado, llenas de asombro, los otros dos textos ganadores. Invitamos al lector a explorar esta muestra, donde también encontrarán los textos completos para su descarga o lectura en línea. Agradecemos especialmente a Jazmín Negro, Deborah Aquino y José Antonio Ortiz por ilustrar esta edición y a todas las participantes de nuestra convocatoria Nues(tras) criaturas.
Ilustración por Marilinda Guerrero y José Antonio Ortiz
Maternidades
I
El huevo se suspende de las ramas de un árbol, transparente. Ek se acerca, atraída por el brillo que emana. Está habitado por cientos de insectos, cada uno en su propia placenta, cada uno latiendo a su ritmo. Acerca un dedo, lo hunde entre los pequeños fetos alados que se esparcen cuando intenta jugar con ellos. Luego, toma con ambas manos el huevo, lo arranca, lo acerca a ella, lo huele y, entonces, su cuerpo se habita de agua, viento, montañas, pasto de varios tonos de verde. Abre los ojos.
Está de nuevo en el desierto, frente a un árbol seco, con el huevo en sus manos.
Escucha el sonido de unos rastreadores. Ek abre la boca, su lengua lo desliza con cuidado hacia su garganta; este se arrastra como un gusano por su garganta hasta caer en su estómago, donde se ancla a una de sus paredes, la atraviesa y se implanta en un sitio más seguro.
Ek se cubre el rostro con un pañuelo.
Lee el cuento completo aquí o descárgalo:
Autora: Marilinda Guerrero
(Guatemala, 1980). Dentista, titiritera, escritora que aboga por el estudio y la creación de géneros no realistas. Ha escrito varios libros de narrativa y uno de poesía. Fundadora de la revista de ciencia ficción Exocerebros. Cofundadora de la editorial Bosques Ambulante.
Comentario al cuento ganador Maternidades
Por la Dra. Alexandra Ortíz Wallner
Con Frankenstein (1818), Mary Shelley heredó a las literaturas del mundo una profunda reflexión sobre los límites y posibilidades de la creación y sobre la imaginación; sentó las bases para que hoy contemplemos las formas posibles de la existencia incluyendo al cyborg. En clave gótica y de ciencia ficción, la mirada y escritura de una mujer puso sobre la mesa temas literarios como los usos de los cuerpos, otras formas de humanidad y, preguntas sobre las formas de reproducción y conservación de la especie humana. La ficción especulativa reconoce esta matriz narrativa y se la ha apropiado, la ha recuperado, la ha metamorfoseado. Tal huella a punto de desaparecer o como un eco muy lejano, en «Maternidades» se reactiva aquella pregunta fundacional de Mary Shelley a partir del dilema de la creación y la reproducción de un cuerpo femenino ya intervenido. En un mundo en ruinas cuyos recursos naturales están ya agotados, habitan cuerpos que no son completamente humanos. Uno de estos cuerpos parece destinado al resguardo y cuido de la última esperanza: trasladar otro organismo, a su vez refugiado en otra entidad: un huevo. Con un lenguaje claro, reescribiendo el viaje del héroe, «Maternidades» evoca lo monstruoso desde la oviparidad en un cuerpo que trasciende las convenciones que el patriarcado ha dispuesto e impuesto para la reproducción de las sociedades antropocéntricas. Los episodios de la travesía de la protagonista componen un mosaico a través del cual nos convertimos en testigos del cómo se reinventan los cuerpos y se multiplican -en el tiempo y el espacio- los roles sociales de las mujeres. «Maternidades» nos interpela para que no dejemos de preguntarnos: ¿cuál es el mundo que habitamos hoy?
Ilustración por Deborah Aquino
Manéjese con cuidado
El inicio está algo nebuloso en mi mente, pero ya estábamos en marcha. El resto está tan claro ahora como entonces: íbamos en nuestra vieja Datsun beige. Tenía ese olor tan particular que los carros de antes desprendían cuando los sillones de esponja y poncho se calentaban. Recuerdo la luz del sol y el calorcito de la tarde. Recuerdo el tacto del sillón de atrás y la risa de mi hermana.
Mi papá "tenía que hacer algo". Se estacionó frente a la panadería y entró. El día anterior había sido la ferretería y el anterior a ese, la tienda; pero siempre se estacionaba cuesta abajo sobre la calle. No lo culpo porque en Mixco, sin importar a donde se vaya, solo hay opción de hacerlo: cuesta arriba o cuesta abajo.
Quedamos en el carro Blanca y yo, entreteniéndonos con todo lo que las mentes de dos niñas de 8 y 6 años pueden maquinar en el tiempo en que le toma a un adulto comprar dos filas de francés y tres quetzales de champurradas. Entre risa y risa, levantaba la mirada y veía la espalda de mi papá esperando su turno para ser atendido.
Lee el cuento completo aquí o descárgalo:
Autora: Irene Monterrosa López
Cursó estudios de actuación en la Escuela Nacional de Arte Dramático “Carlos Figueroa Juárez”. Tiene experiencia en actuación y dirección. Además, es egresada del ciclo de formación en dramaturgia “Didascalia” de Jorgelina Cerritos y “Los del quinto piso” de El Salvador, en 2023. Sus proyectos teatrales personales incursionan principalmente en temas sociales y feministas. Es amante de las letras en todas sus expresiones. Mujer, madre y proveedora que sigue intentando encontrar el orden correcto para esos tres títulos.
Reseña al cuento “Manéjese con cuidado”
Una Datsun beige que nos transporta al abismo, más la ciudad de Mixco como escenario del terror: dos niñas de ocho y seis años enfrentándose al movimiento brusco, repentino, de un carro en movimiento y a un padre que le grita a una de ellas: ¡FRENA!
En su relato, Irene nos conduce por una travesía que explora, desde la perspectiva de una mujer contemporánea, la sensación del mal presagio y de la pequeñez humana ante el destino. Con una narrativa sencilla y cargada de emociones, nos llena de caos urbano, de angustiante supervivencia citadina, mientras describe un miedo universalmente reconocible: aprender a manejar. Peor aún, ser responsable de conducir un vehículo por calles empinadas e imposibles de transitar.
Con un ritmo inquietante, que no ofrece descanso, la autora nos abre las puertas a otras experiencias de igual terror: morir, vivir, ¿sobrevivir?... También en esta ciudad, vaya si no recorre los cuerpos una sensación profunda de miedo.
Solo queda agradecer a la autora por haber explorado a través de su narrativa la sensación de no tener control, ni dentro ni fuera de una misma ya sea conduciendo en medio del desastre o despertando en un lugar muy parecido al infierno.
Ilustración por Jazmín Negro
Medidas drásticas
Primero corté veinticuatro rodajas delgadas. Serví una y puse el resto del pastel en el congelador, prometiéndome que solamente comería una porción cada quince días después de la hora de cardio. Me serví un vaso de leche y me tragué la rodajita en tres rápidas mordidas, así que busqué otras dos para que el antojo contara. Casi sin que me diera cuenta, acabé con el litro de leche y me quedaba una sola rodaja en la bandeja. Me sobrecogió el asco y tiré esa última porción a la basura junto con el cartón de leche. Lloré por casi una hora.
Pensé en correr cinco kilómetros en la avenida, pero cuando me vi en el espejo del vestíbulo del edificio, rebosando de los mallones y los zapatos deportivos, me resigné a volver. Pesqué esa porción del basurero para comérmela sobre el lavatrastos, y después ordené una pizza.
Mi hermana llamó cuando estaba pellizcando el queso derretido sobre la caja. No tuve que explicarme.
—¡Por Dios, Martita! ¿Por qué no le pedís ayuda a una bruja?
Lee el cuento completo aquí o descárgalo:
Autora: Angélica Quiñónez
Es una escritora, editora, analista digital y comediante guatemalteca. Publicó su primer poemario Teoría de Cuerdas, en 2019, y la antología de poesía y narrativa El atentado del cuaderno negro, en 2020. En 2016 fue becaria para una certificación de edición literaria y científica del Centro Cultural de España en Cartagena. Presentemente colabora con una serie de sitios culturales latinoamericanos, incluyendo (Casi) literal y Te Prometo Anarquía. También figura como conductora del web-show La Ciudad de los Libros e integrante del colectivo centroamericano Comedia con Banquito.
Reseña al cuento “Medidas drásticas”
Con Medidas drásticas experimentamos un relato personal e inquietante, donde la lucha contra la autopercepción se convierten en una espiral de poder y destrucción: premiarte o castigarte a través de un pedazo de pastel, contabilizar cuántos kilómetros de carrera equivalen a una cena… Enfrentarte una vez más a que comiste más de lo que debías, más de lo que te habías prometido. Sentir como creces en peso, en tallas, desbordándote por tus pantalones… Para terminar por valerse de la ayuda de una bruja y observar como los otros padecen las que deberían ser tus consecuencias.
Con su narrativa, Angélica Quiñónez nos conduce entre lo grotesco y lo cotidiano. La protagonista, a través de un hechizo al que muy pocas nos resistiríamos, encuentra la clave para deshacerse de su peso, transfiriéndolo a aquellos que le han hecho daño en un acto de venganza.
La autora explora el poder con cada ingesta, con cada libra transferida a sus víctimas, cada dolor que les es devuelto…, se siente como un acto de venganza, incluso de justicia. Sus propios actos dejan de parecerle los más asertivos y observa, más allá sí misma, las “honduras del hambre” otra forma en la que las maldiciones corporales han perseguido a quienes, contrario a ella, aún no han podido valerse de hechizos.
Medidas drásticas es más que un cuento sobre la obesidad, el hambre o los desórdenes alimenticios, es una hilación fantástica en la que una mujer carente y adolorida tiene el poder de castigar a otros por las heridas que le han causado. La autora nos deja con un final inquietante, donde la aparente victoria de Marta se convierte en derrota. A pesar de haber ganado la batalla de la belleza contra su propio cuerpo, la conciencia de su daño también le ha quitado el apetito.