Por Ana Alfaro.
Para hablar de amor, hay que mencionar las derrotas, las caídas y aquellos que no fueron. El amor puede ser un elixir que hace que a veces tomemos demasiado de lo que podría ser, pero no es. Cuando menciono esto me refiero al amor que ha estado de moda y que no tiene sustancia: el “amor romántico”.
He visto a conocidas —en su mayoría mujeres jóvenes y adultas— deslumbrarse por ese amor que se asemeja al “verdadero” (por estar adornado) y “perfecto” (que se justifica con manipulación). Hay varias psiquiatras que han hablado del tema, por ejemplo, la famosa psiquiatra Marian Rojas Estapé ha dicho en distintos medios digitales que el amor a primera vista no funciona y que el enamoramiento tiene que ver con la forma en la que nos han enseñado a querer.
Por otra parte, la historia nos muestra que pocas veces a las mujeres nos han enseñado a ponernos como prioridad y, por lo tanto, no sabemos querernos ni cómo queremos que nos quieran. Y como no, si nuestros derechos apenas dieron a luz en 1789.
Asimismo, es hasta el sexto resultado de una búsqueda en Google sobre el “amor romántico” que encontramos su relación con la violencia; entre los temas destacados que se vinculan van desde la dependencia emocional que se genera por vivir experiencias demasiado intensas o de sufrimiento, perdonar y justificar todo en nombre del amor, pensar que es imposible volver a amar alguien más hasta la idealización. Y el romanticismo puede estar ahí en rosas, canciones, viajes, regalos… ¿Pero a qué costo? Es a partir de estas situaciones que muchas personas crucen la línea hacia la violencia.
Por observar el amor romántico olvidamos que el primer amor que conocemos es el de nuestros padres, hermanas o hermanos; luego salimos de la burbuja para crear amistades con personas que no tienen lazos de sangre. Sin embargo, también puede pasar al revés para quienes han perdido o decidido alejarse de sus familiares y encuentran el amor en otras personas.
Con esta columna quiero aprovechar para compartirles que el amor no solo está en la pareja; hay mucho amor alrededor que no abarca a la compañía romántica. Quiero decirles a aquellas amigas y conocidas que están pasando por un amor fake por costumbre o dependencia emocional: San Valentín o el Día de la Amistad y el Amor es mucho más que el amor romántico.
Perderse es fácil cuando no conocemos el camino. Ahora tenemos la oportunidad de ayudarnos con especialistas, libros e información gratuita sobre violencias y demás temas que se han vivido entre mujeres, pero pocas veces encontrado la ayuda necesaria. Así que para quienes están con esa pareja con algunas red flags: se puede empezar a crear una relación desde el amor, la comprensión y la libertad. Es mejor tener un “No fue posible”, a creer, sin estar realmente convencidas, que esa es la manera en cómo queremos que nos quieran.
“Yo no quiero que me necesites,
quiero que cuentes conmigo
hasta el infinito
y que el más allá
una tu casa y la mía”.
– Elvira Sastre
Me parece una gran forma de ver el amor de otros ojos y más diferenciar que el amor no es todo rosa si no también tiene espinas y que aveces es más evidente las espinas que los pétalos.